En la calle Dante Alighieri del hoy Distrito de Surquillo, por entonces urbanización del Distrito de Miraflores, empezó esta larga historia de imágenes. Allí, en un pequeño negocio -donde algunos todavía recuerdan que se tomaban fotos tamaño carnet, pasaporte, fotos de cumpleaños, bodas y aniversarios- vivía el jovencito Carlos. En ese tiempo, la fotografía estaba acostumbrada a mentir porque casi todos pedían con urgencia: “oye amiguito, retócame la cara”.

Para servir a todos estaba Carlitos con sus recién cumplidos 14 años. Además de tomar todas las fotografías, debía permanecer horas en el improvisado laboratorio de tinieblas manipulando “los químicos” para procesar negativos, el bromuro de plata, los fijadores. Una vez reveladas y colgadas con ganchos de lavandería, Carlitos tenía que armar los sobres de “papel manila” para entregar su trabajo impecable a los clientes. Cuando llegaba la hora del descanso, había que dormir en el altillo del laboratorio, al lado de dos japoneses desconocidos.

Cobraba don Antonio Nogushi.

Buena persona, pero muy renegón. Cómo iba a imaginarse don Antonio que estaba descargando sus iras nada menos que con el fotógrafo estrella de “O Globo”, “O Cruzeiro Internacional” y “Manchette”, de Brasil; “El Gráfico” de Argentina, “Ercilla” de Chile. Con el corresponsal de guerra de agencias internacionales de noticias. Con el talentoso fotógrafo del diario “El Comercio” y la revista “Caretas”. Con el fundador de los diarios “Hoy” y “La República” de Lima, Perú. Con el condecorado en el Grado de Amauta por el Ministerio de Educación. Señor Nogushi, Carlos Domínguez Hernández, cariñosamente, el Chino Domínguez, sabe que usted se siente orgulloso del muchacho de la calle Dante.

Descanse en paz, don Antonio.

Lima es una cantera de imágenes

La foto siempre tiene que darte unallave de lectura, y como las mejores lecturas, te hace meditar. La misión es informar. Corazón, cerebro, clic. La foto no miente, el fotógrafo miente cuando altera una foto. Valoro mucho el respeto hacia los lectores y la ética profesional.

Al caminar conocí muchos personajes de la cultura, grandes narradores y cuentistas que pensaban extraordinarias imágenes en textos y palabras y que me enseñaron a mirar y ver los detalles. Imprescindibles la amistad, la relación humana, el compartir experiencias y sueños como ingredientes para poder abrir los ojos.

El fotógrafo de hoy en día trabaja por el sobre, y eso me molesta; no lee, no es amigo de los poetas, de los libros. El hombre sufre de una flojera mental. Hay que buscar nuevas miradas, romper esquemas y entrever la vida.

El elemento humano busca de dónde alimentarse. La lectura de novelas y sobretodo de la poesía es inevitable para crear ese gran cebiche de la fotografía. La poesía es la clave, te introduce a la ternura, al amor.

Carlos Chino Domínguez

Sitio Web: http://www.chinodominguez.org/

Carlos "Chino" Domínguez
Categorías:Fotógrafos