Sebastián Rodríguez (Huancayo, 1896 – Morococha, 1968) es una de las figuras más representativas de la fotografía peruana de la primera mitad del siglo XX. Rodríguez se formó tempranamente en Lima en el estudio de Luis Ugarte, con quien trabajó por un periodo de diez años, luego del cual inicia un recorrido como fotógrafo itinerante. En 1928 se establece en el pueblo minero de Morococha (4,500 m.s.n.m., región Junín), donde se casa e instala su propio estudio. Trabaja también para la Compañía Cerro de Pasco Copper Corporation, captando en su obra el desarrollo del campo minero, y el registro fotográfico de los trabajadores que ingresaban a la empresa. En 1958 sufre una crisis tras perder su cámara Agfa, de formato 9 x 12.
Categoría: Fotógrafos
Juan Daniel Pajuelo Gambirazio, hijo de Daniel Isaías Pajuelo y Esperanza Gambirazio, nació en 1963 en Lima, Perú. Desde niño, y tal como su madre recuerda, mostró un carácter alegre y creativo, desarrollando un gusto por la arquitectura. Por ello, al terminar el colegió postuló a esa carrera en la Universidad Ricardo Palma pero no ingresó. Luego estudió economía en la Universidad Inca Garcilazo de la Vega, pero al no ser de su agrado la dejó para trabajar en el Centro Antirrábico de Comas.
En este empleo entró en contacto con la realidad social de los barrios marginales y mejoró su capacidad para relacionarse con la gente. Ahí despertó y desarrolló su afición por la fotografía, al darse cuenta que los lugares que visitaba merecían ser registrados. Luego de algún tiempo estudiando la carrera en el Centro de la Fotografía, Daniel se puso en contacto con Thomas Müller, ciudadano alemán que estaba organizando unos talleres de fotografía social en El Agustino en colaboración con el SEA (Servicios Educativos El Agustino). Así, en 1986 se incorporó a esta iniciativa que luego sería conocida como TAFOS (Talleres de Fotografía Social).
En El Agustino logró captar la realidad de aquellos residentes, migrantes de provincia que luchaban por mantener sus costumbres en esta urbe. Algo le fascinaba de este lugar, la idea de estar en contacto con la pobreza, la delincuencia, la prostitución, entre otras cosas, alimentó su necesidad de registrar con una cámara todo lo que veía y vivía. Luego, al expandir su trabajo en provincia, se topó con situaciones que solo conocía por las historias que su padre le contaba.
En TAFOS, Daniel dió rienda suelta a su creatividad, expresando de esta forma su imaginario y compartiéndolo con el mundo. Con El Agustino, descubrió ese mundo subterráneo (calificación perfecta para el estilo de sus fotografías), en el cual pudo compartir con diversidad de personas, moldeando de esta forma aquel carácter anarquista, rebelde y contestatario que tenía, pero humilde y sencillo a pesar de todo. De esta forma la cámara se convirtió en una extensión de Daniel, no se desprendía de ella ya que en cualquier momento podía componerse su siguiente imagen.
La pasión por la fotografía lo llevó a estudiar periodismo en la Escuela Bausate y Mesa y, tras dejar TAFOS, trabajó en el desaparecido diario El Mundo y luego en el El Comercio como reportero gráfico. En ambos medios Daniel Pajuelo destacó por sus imágenes desafiantes y la espontaneidad de sus retratos.
En 1999 se le detectó un tumor cerebral y un cáncer muy avanzado que lo alejan de su trabajo pero que no le impide seguir fotografiando, por lo menos hasta que tuvo fuerzas para hacerlo. El 14 de setiembre del 2000, con 37 años de edad, Daniel falleció, dejando a sus hijos Daniela Jazmín, Renato Daniel y Daniel Teo.
En el 2006 el archivo de este fotógrafo documental fue donado por sus herederos a la Pontificia Universidad Católica del Perú, ingresando a la colección del Archivo Fotográfico TAFOS / PUCP ubicado en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación.
Sitio Web: http://facultad.pucp.edu.pe/comunicaciones/daniel-pajuelo/
La Fotografía Cusqueña
Durante los primeros años del nuevo siglo, varios de nosotros habíamos pasado por los talleres de Carlos Nishiyama, los Talleres de la Fototeca del Sur Andino. Allí uno habría de foguearse al irrumpir en los vastos, escarpados y variados senderos de la sierra sur, Cusco sería el epicentro de la nueva aventura que comenzábamos los que habíamos escogido la lente como atalaya de un nuevo tiempo que emergía de la memoria.
La Fototeca Andina fue creada en Cuzco, en 1988, por el Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas (CBC), con el objetivo de salvar del olvido y la destrucción archivos fotográficos muy valiosos, no solamente para el patrimonio cultural cuzqueño sino también para la región surandina y Latinoamérica en su integridad. La Fototeca Andina es pionera en el rescate, organización, preservación y difusión institucionalizada de fotografías fechadas desde finales del siglo XIX hasta aproximadamente la mitad del siglo XX.
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